Desde que la enseñanza formal apareció como fuente necesaria para la transmisión de cultura, la adquisición de conocimientos, el incremento de habilidades, el aula es un espacio ordenado -terriblemente ordenado- en pupitres con una distribución específica, generalmente mirando hacia un solo sector del salón.
Es cierto que se pueden constituir en grupos o cambiar la disposición pero sigue siendo un aula.
Los presupuestos, las tradiciones, la normativa impiden los cambios. Pero no impide pensar que otra cosa debería ser posible. Escuelas sin aulas fijas, espacios abiertos y cómodos, adquisición e incremento de habilidades de otra forma.
Claro que implica pensar el proceso de educación de otra manera... más personalizado, tal vez; mejor planificado, más libre en la selección de contenidos...
Utopías.... Mientras tanto solo falta que a las aulas entren los docentes ofreciendo carne o pollo.
Sería, sinceramente, una idea sensacional y mucho más dinámica que el modelo actual, el cual, creo yo, se ve en muchos casos inadaptable a ciertas personalidades y ciertos carácteres los cuales debido a la forma del sistema educativo no tienen la posibilidad de adaptarse realmente y terminan quedando "fichados" como alumnos problemáticos, o de bajas notas. La idea de un aula abierta, sin espacios definidos, mejor planificada, me atrae mucho, tanto e parte del alumno como del profesor. Como decís vos, Ivanna, un utopía (lamentablemente).
ResponderEliminarLas utopías se alcanzan, Juan. No lo olvidemos.
ResponderEliminar