martes, 29 de enero de 2019

Alfonsina, sentir más, leerla más y hablar menos

Estoy celosa. Leí un texto sobre la poetisa Alfonsina Storni en el que unas mujeres muy interesantes recreaban las últimas cuadras que la autora tuvo que haber recorrido antes de arrojarse al mar y suicidarse; hipotetizaban sobre lo que pensaría, sentiría, sufriría en ese camino sin retorno... Me puso celosa que se refirieran a Alfonsina, mi amiga, con tanta  seguridad.
Alfonsina es mi amiga porque comencé a leerla a los 10 años cuando en la escuela me tropecé con "Romance de la venganza" y un verso en especial me abrió la puerta de sus palabras: "mas no lo maté con armas, busqué una muerte peor: lo besé tan dulcemente que le partí el corazón". Con 10 años esa imagen me parecía dulce y terrible a la vez y posible, sobre todo posible. Me imaginaba a la heroína de largos cabellos besando al cazador y asesinándolo en venganza a los pájaros cazados por él.
Antes había leído "yo en el fondo del mar" y la idea de una mujer en un domo submarino, transparente, mirando a los peces y observando "las erizadas puntas del mar" me fascinó desde el mismo instante en que lo leí.
A los 12 encontré en la biblioteca del colegio Irremediablemente, un libro de poemas publicado en 1919 y lo amé. Lo leí muchísimas veces: en voz alta, en silencio, en el tren, antes de dormir, canté sus poemas... Memoricé la mayoría sin proponérmelo, por el mero hecho de leer. Lo devolví con un amargo sabor de boca.
A los 14 años me operaron de apendicitis y pedí un libro para leer durante la convalecencia. Me compraron una antología de Alfonsina de la editorial Losada. Me acompañó durante muchos años y esos poemas son mi adolescencia.
He leído muchos textos sobre ella, conozco su biografía, he visto cuando documental apareció, análisis literario y alguna obra teatral.
Tengo 46 años. Hace muchos que Alfonsina está en mi vida, la conozco, saboreé sus palabras, les puse sonido, distingo sus intenciones, su tono, palabras que solo ella usa: testa, plantas (para referirse a los pies), agostarse...
Se refirieron a ella como: indecente, empalagosa, poetisa de segunda, postmodernista, lesbiana y últimamente, feminista. Se quedan cortos, podrían decir de ella mil cosas más aunque sería ideal que la leyeran primero. Y ahí vienen mis celos.
Hablan de Alfonsina luego de haber leído "Tú me quieres blanca" o porque escucharon "Alfonsina y el mar". Todos son autoridades en ella ahora, todos quieren darle una voz, una popularidad que no tuvo pero que no se le puede brindar de la nada.
Puede ser que sea empalagosa, pero me gusta. Puede ser que sea llorona y dramática pero me gusta y puedo hablar de ella porque leí cada uno de sus poemas más de 100 veces y creo que me entendió.
Un poeta debe ponerse en la piel de los seres humanos, universalizar sus sentimientos para comprenderlos y luego subjetivizarlos en su poema y creo que eso es lo que hizo muy bien Alfonsina: su universalizó para conocerme, para entender lo que yo, mucho años después de su muerte, cuando naciera, sentiría y le puso palabras, imágenes, rima, sonido, belleza.
Mi adolescencia fue lo que fue también porque Alfonsina estaba en ella.
Así que me molesta, me da rabia, me pone celosa que hablen de quien creen conocer. Así que me encantaría poder decirles a los que se creen maestros en Alfonsina lo que tal vez ella les diría: Oh silencio, silencio...